Todos tenemos asumido que la innovación digital nos va a hacer cargarnos a la espalda más de una guruzada -como decimos en nuestros Cafés con Growth- pero en este caso, puede que para alguno llegue antes de lo esperado.

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En concreto, para aquellos que antes de ayer aseguraban que el avance definitivo del consumo de televisión era la aparición de las plataformas basadas en suscripción (querido Netflix, querido Prime…) o incluso los modelos AVOD (contenido bajo demanda con publicidad) como el recién estrenado por Youtube.

Está claro que llevan siendo las reinas de la fiesta durante bastantes años, pero los Fast Channels -servicios de streaming de canal lineal gratuito con publicidad- pisan cada vez más fuerte. Algunas de las plataformas más populares en este terreno con canales de contenido en vivo y bajo demanda son Pluto TV, IMDb TV de Amazon (ahora Freevee) o Samsung TV Plus.

Y es que en el segundo trimestre de este año, el 55% de los consumidores usaron (al menos) un servicio FAST según un informe de agosto de Hub Entertainment Research. De hecho, este servicio está duplicando su penetración en los hogares en Estados Unidos de manera anual.

¿Cuál es la piedra filosofal de los Fast Channels?

O dicho de otra manera ¿qué nos dan estos servicios de streaming que no nos den los modelos de suscripción? Personalización y facilidad. Virtud de fácil porque acaba con eso de que tardemos más tiempo eligiendo contenido entre la infinidad del catálogo que disfrutando del elegido.

Los Fast Channels, en esencia, aúnan el encanto del modelo lineal con el que crecimos los millenials (te pones la tele y consumes lo que toque en el canal de turno, sin más complicación) con la magia de la innovación digital (veo el tipo de contenido que yo quiero desde el episodio que yo quiero, ¡personalización modo ON!). Y ese es su propulsor.

“Los fast channels vienen a reinventar el concepto de la transmisión lineal para aumentar el engagement con las audiencias nativas digitales a través de la monetización digital”.

María Sol Beldi (CEO Latam en DigitalProserver):

Alegría para el consumidor y para el negocio, ¡ojo al CPM!

A mayores de las anteriores bondades y de que los Fast Channels aportan mayor visibilidad (se reproduce justo al abrir la aplicación), en términos de coste por cada mil impresiones la cosa se pone (más) interesante:

Aunque en la tele tradicional es más difícil el cálculo, el CPM puede oscilar entre 10 y 25 euros (según tipo de contenido y momento del día). En contraste, en los Fast Channels, donde la publicidad es dinámica y va dirigida al hogar o persona en concreto, el CPM se sitúa entre 40 y 50€, que se traductor en hasta 1€ de ganancia por cada consumidor. A efectos prácticos: las ganancias son, como mínimo, el doble.

De hecho, como comentaban ejecutivos de medios durante la recién celebrada Semana de Publicidad en Nueva York, este servicio que aumenta el compromiso, y a la vez funciona como potente herramienta de descubrimiento con sus recomendaciones, es un imán para anunciantes.

Además, según Filmrise, pionera en esto de los Fast Channels, “las audiencias están yendo para allí y va a venir un gran crecimiento por ese lado”.

¿Se tomará esta amenaza Netflix como una oportunidad para acortar nuestras sobremesas eligiendo serie?

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